El sitio arqueológico Lagunita se localiza cercano a unos 3 km de la localidad y asentamiento de Cabritos, y corresponde principalmente a un sitio con representaciones rupestres, es decir, un lugar que presenta manifestaciones producidas sobre superficies rocosas en emplazamientos naturales. En este sitio en concreto, se han elaborado representaciones rupestres de pictografías, que son imágenes diseñadas utilizando algún tipo de pintura o adherente sobre la superficie de la roca, y también petroglifos, que son motivos grabados realizados gastando la capa superficial de la roca, generalmente con otra roca u herramienta.

Representaciones rupestres de petroglifos y pictografías en el sitio Lagunita
Además de las representaciones rupestres que se pueden observar en este lugar, también se han encontrado una gran cantidad de materiales arqueológicos en superficie, como lo son herramientas líticas (puntas de proyectil, raspadores, cuchillos y derivados de núcleos), desechos de talla lítica y fragmentos de vasijas cerámicas.

Materiales arqueológicos provenientes del sitio Lagunita
Este sitio se encuentra encajonada en una pequeña quebrada, al sur del cerro Los Fierros, y cuando la temporada invernal es lluviosa, genera una pequeña laguna que se mantiene con agua por algún tiempo. Debido a esta condición ambiental y la característica de recursos que posee este lugar, nos hace pensar que este sitio fue ocupado por la disponibilidad del agua, lo que permitió que se asentaran grupos de cazadores/as y recolectoras/es desde el Holoceno Tardío, quienes habrían utilizado este lugar como un campamento residencial. Muestra de esto, es la gran cantidad de cultura material que ha sido recolectada de este sitio (parte de estos materiales se encuentran hoy en día en la Sala Museográfica Yahuín) y que se relacionan con estos grupos, que son conjuntos líticos consistentes en instrumentos de diferentes etapas de producción, como puntas de proyectil, cuchillos y raspadores, lo que sugieren una amplia variedad de actividades. También se han encontrado restos óseos fragmentados de guanaco (el principal mamífero explotado por las comunidades prehispánicas de la región), así como restos malacológicos de moluscos, dando cuenta de la relación que tenían estos grupos móviles con las zonas costeras.

Vista del sitio Lagunita donde se aprecia la quebrada y la pequeña laguna que se forma.
Con respecto a las pictografías, estas son relativamente poco frecuentes dentro del universo de representaciones rupestres de este sitio, pero se reconocen en mayor cantidad las pinturas de color rojo, y algunas pinturas elaborados en color negro. De estas últimas, se ha logrado obtener dataciones radiocarbónicas de restos del carbón vegetal utilizado para producirlas, las que han entregado diferentes fechados donde las más antiguas habrían sido realizadas entre los 1.521 a 1.297 años a. C.¹ y las dataciones más recientes indican que se produjeron entre los años 1.047 a 1.410 d.C.² En relación con las pinturas de color rojo, no se cuenta con dataciones absolutas, pero los estudios realizados en las áreas vecinas nos entregan información de que este conjunto de pinturas rupestres se asocia con cazadores recolectores del Holoceno Tardío, específicamente con comunidades del Arcaico Tardío (2.000 a.C. a 0) y los primeros momentos del Alfarero Temprano (0 a 500 d.C.).³ En cuanto al tipo de diseño de las pinturas que aparecen en este lugar, son predominante las no-figurativas, con motivos lineales y circulares.

Pictografías presentes en el sitio Lagunita
Por otra parte, la presencia de algunos fragmentos cerámicos monocromos del tipo Molle Inciso encontrados en este sitio, dan indicios que los grupos de cazadores-recolectores con alfarería del Complejo Cultural El Molle también habrían ocupado este lugar durante el período Alfarero Temprano. Estos grupos se asentaron en los territorios de Andacollo entre el 100 a. C. hasta los 1.400 d.C. Con relación a esto, es posible afirmar, que dichos grupos continuaron ocupando este espacio como campamento residencial al igual como lo hicieron los grupos de cazadores-recolectores del Arcaico Tardío, y de igual forma continuaron elaborando pinturas como así lo demuestra las dataciones con fechas más recientes.²
Con respecto al otro tipo de manifestaciones rupestres presentes en este lugar, que son los petroglifos, estos aparecen con mucha más frecuencia en diferentes bloques del sitio y con gran cantidad de representaciones por bloques. A diferencia de lo que sucede con algunas pictografías que por el material que fueron producidas (carbón u otros restos orgánicos) es posible datarlas de manera absoluta, los petroglifos en cambio, no pueden ser datados por métodos directos. Es así, que en cambio, se recurren a métodos de datación relativa, combinando diversos aspectos como, por ejemplo, comparar los motivos con aquellos presentes en otros soportes materiales que sí han sido datados (p.e., decoración cerámica y decoración textil); examinar las relaciones estratigráficas de las imágenes dentro de la roca (p. e., si un motivo se dibujó sobre otro, luego el que quedo abajo ha de ser más antiguo que el que esta superpuesto), evaluar la ubicación de los sitios con representaciones rupestres en relación con el uso del espacio de los grupos del pasado; entre otros.
Utilizando estos métodos de datación relativa para el análisis de los petroglifos del sitio Lagunita, en base a la técnica empleada para su producción (grabados de surco superficial), a los diseños que se representan, y en comparación con los estudios realizados en otros sitios rupestres de la región, es posible inferir que estos fueron realizados a partir del 1.450 d.C. y estarían relacionados con grupos diaguitas de los valles vecinos, y que habrían llegado a este territorio bajo el dominio incaico, principalmente para trasladar y abastecer de recursos agrícolas para los grupos de mitmaqkunas que se encontraban explotando los recursos minerales que se encuentran en Andacollo. La presencia de algunos motivos fitomorfos (espigas), cruces inscritas y una variedad de diseños no-figurativos estarían sustentando esta inferencia. La nula evidencia de cultura material de estos grupos en este sitio, nos hace pensar y al igual como sucede en otros lugares, que para estas comunidades este lugar solo habría sido utilizado para producir y consumir petroglifos, y representaría un punto de articulación hacia rutas de movilidad que conectan con otros hitos de importancia.

Petroglifos presentes en el sitio Lagunita.
Cabe mencionar que en algunos de los bloques rupestres de este sitio, se encuentran superposiciones de motivos tanto de petroglifos sobre pinturas rojas, como de pinturas rojas sobre petroglifos. Esto último llama bastante la atención, ya que si se considera que las pinturas rupestres son producidas por grupos de cazadores y recolectores, y por su parte los petroglifos por grupos diaguitas con influencia incaica, entonces podríamos considerar tres posibles escenarios diferentes en términos de origen y autoría de estas manifestaciones: 1) existe coexistencia de grupos de cazadores y recolectores después del año 1.450 d.C., quienes estarían elaborando las pinturas rojas mientras y a su vez los grupos diaguitas influenciados por los incas elaborarían los petroglifos, y por esta razón ocurre una superposición de motivos ya sea de petroglifos sobre pinturas, o pinturas sobre petroglifos; 2) que ambas manifestaciones tanto los petroglifos como las pinturas rojas están siendo elaboradas a partir del 1.450 d.C. por grupos movilizados por los incas, y solo las pinturas de color negro hayan sido elaboradas por los grupos de cazadores y recolectores; 3) que tanto las pinturas como petroglifos fueron producidos únicamente por grupos de cazadores y recolectores, desde al menos el año 1.521 a.C. al 1.410 d.C.
En los últimos dos escenarios cabe la pena preguntarse, si corresponden a los mismos grupos quienes están elaborando tanto las pinturas rojas como los petroglifos, ¿Por qué se tienden a superponer ambas manifestaciones? Sin duda, estas son interrogantes que vale la pena responder, y nos indica que aún queda mucho por conocer sobre este sitio y como se fue articulando en las prácticas sociales de los grupos que habitaron Andacollo en el pasado.

Superposiciones de petroglifos y pinturas.
Para finalizar, solo queremos recordarles que un sitio con representaciones rupestres como este, es un patrimonio de incalculable valor para la sociedad y para la comunidad en la que se encuentra inserto, ya que es un testimonio extraordinario que nos permite reconstruir el pasado y ahonda en el conocimiento de nuestra propia naturaleza e identidad como pueblo. A pesar de estar hecho sobre roca, es sumamente frágil y debe ser tratado con respeto, y por lo tanto, proteger estas manifestaciones rupestres constituye una tarea urgente a favor de preservar la memoria e historia de las mujeres, hombres, niñas y niños que caminaron, se detuvieron y marcaron estas rocas. ¡No rayar! ¡No tocar/No pisar! ¡No remover!, son acciones básicas y necesarias que todas y todos podemos hacer para conservar este patrimonio.

Actos de vandalismo y rayados en el sitio arqueológico.
Fuentes:
